La mayoría de las personas que conozco, y seguramente de las que tú conoces, está en una de estas 3 situaciones:
- Llevas mucho tiempo con la misma persona intentando tener una relación de calidad, pero no hay forma.
- Has cambiado de pareja una y otra vez, pero al poco tiempo vuelves a tener dudas.
- Llevas tiempo tratando de encontrar pareja pero no acabas de dar con alguien a tu gusto o a quien gustes de verdad.
¿Te encuentras tú en alguna?
En estas situaciones hay un denominador común: la insatisfacción. Esa insatisfacción es porque hay algo importante para ti que no puedes compartirlo con esa persona especial. Seguramente te culpes porque se supone que «un adulto tiene que saber estar solo», e incluso puede que te sientas mal por el solo hecho de querer tener esa persona con la que compartir tu vida.
Al fin y al cabo eso es lo que hoy se dice por todos los medios: que tienes que ser capaz de ser independiente. Pero lo cierto es que, antes que nada eres un ser humano, es decir, un homo sapiens, y eso prima sobre lo demás. Como homo sapiens necesitas afecto, sexo, experiencias estimulantes, novedad, apoyo mutuo… y honestamente para mí es estúpido negarse a disfrutar de la vida con algo para lo que estamos genéticamente programados.
¿Por qué no consigues esa pareja que deseas?
No sabes lo que quieres
Seguramente no pensarás que te encuentras en este grupo. Pero dame un momento para convencerte. El 95% de las personas que conozco y que están insatisfechas en realidad no tienen muy claro lo que desean. Si eres de los que conoce a alguien y al poco te desilusionas, seguro que tiene que ver con esto. Tienes cierta idea, sabes lo que «les gustaría» de esa persona, imaginas posibles relaciones que en su mente podrían funcionar pero cuando lo concretas en realidad no funciona. O, ni siquiera has llegado a concretarlo en la realidad.
Piénsalo. ¿Prefieres que sea una persona activa sexualmente o tranquila? Demasiado tranquila puede ser aburrido, demasiado activa puede ser agobiante. Seguro buscas un punto medio, que por supuesto es el tuyo. Lo interesante es que todas las personas tienen su punto medio y el de unos no coincide con el de los demás. Y lo que digo respecto al sexo, lo podemos hablar respecto al resto de asuntos del día a día.
¿Es mejor alguien que se complemente contigo, es decir que tenga lo que a ti te falta? Quizá buscas todo lo contrario: que se parezca a ti, es decir que podáis compartir la forma de hacer las cosas. Seguramente en este aspecto tampoco tengas muy claro qué es lo que te conviene.
¿Quieres alguien tierno o prefieres alguien no demasiado blandito? Seguramente buscas el punto de equilibrio… claro el tuyo, como antes. ¿Ya viste por qué no está tan claro lo que quieres?
No sabes conectar con personas nuevas
Esta es una de las tareas más difíciles cuando estamos buscando pareja. Y cuando tenemos una pareja, creemos que es una tarea prohibida. Pues te diré que las parejas funcionan mejor cuando sus miembros se relacionan a diario con personas diferentes de su pareja, incluso cuando cada uno de ellos hace nuevas amistades y eso se comparte dentro de la pareja.
Sin embargo hacer eso de forma sana y no despertar desconfianza en la pareja, si la tienes, parece complicado. Y conectar con gente nueva cuando estás solo o sola, parece más complicado aún. ¿Cómo romper el hielo? ¿Soy más directo o menos directo?
La clave está en que la mayoría de las personas cuando se relacionan con personas nuevas en lugar de simplemente relacionarse hacen algo muy diferente: pensar. Piensan si deben decir tal o cual cosa, si les sentará mal algo, si les estará gustando o no. Si eres de los que piensas constantemente en lugar de simplemente estar ahí con los demás y fluir… sin duda eso te está impidiendo definitivamente conectar a un nivel más profundo con otra persona.
Te da miedo el fracaso
En pocas palabras:
- Te da miedo romper la pareja actual por todo el pasado compartido.
- Te da miedo que te rechacen si eres tú mismo.
- Te da miedo no hacer lo que se supone que debes hacer para gustar.
- Te da miedo quedarte solo o sola el resto del tiempo.
Pues eso tiene el peor de los efectos en las personas que te rodean: te ven pequeñito, no alguien seguro de sí mismo, piensas «en el fondo no sé si me merezco tener una pareja feliz, porque si no, ya la tendría» y acabas actuando como tal.
Pero es que el problema es que tú te ves pequeñito cada vez que actúas con miedo. Tu mente sigue jugándote malas pasadas y eso no puede llevarte a construir la vida que deseas.
Define qué quieres en tu vida, supera el miedo y aprende a conectar
Si a otras personas nos va mejor no es porque tengamos «una flor en el culo» (eso me decía mi primera novia, pero yo no estoy de acuerdo), sino porque hemos movido muchas fichas y aprendido a sacar todo nuestro potencial, a superarnos y arriesgar.
A día de hoy me siento muy afortunado porque tengo una pareja que adoro y conectamos a ese nivel profundo que siempre he deseado… y estoy orgulloso de estar aquí compartiendo este recorrido contigo.
La Gestalt me ha permitido definir qué es lo que quiero, superar mis miedos y conectar con esa persona que es para mí… y no dudes que hay alguien para ti entre tantos millones de personas, si sabes hacer tu camino emocional. ¿Te apuntas?
Comenta el artículo y si quieres más información sobre nuestros seminarios para encontrar pareja, escríbenos al formulario de contacto o suscríbete a todas nuestras noticias.