Las relaciones afectivas en las mujeres que no recibieron el amor de su madre en su infancia a veces pueden ser complicadas. En determinados casos suelen caer en relaciones de dependencia, o en vínculos dañinos. Estas hijas carentes del amor de madre de adultas se quejan de tener una sensación de abandono y de carencia emocional. ¿Eres tú una de ellas?
Fui una niña con una gran carencia afectiva de parte de mi madre, y lo he sufrido toda la vida. No recuerdo un abrazo, un beso, una caricia, una palabra amable… Incluso ahora que soy una mujer adulta no recibo de ella nada más que desprecios y su mal humor. Casi todos los artículos se centran en tratar las consecuencias en los niños, y agradecería que se estudiara un poco más sobre cómo la falta de amor de las madres afecta en la vida de los adultos… Necesito liberarme de los sentimientos de odio y tristeza que siento hacia mi madre. ¿Cómo encuentro la fuerza para lidiar con todo ello?
Alicia, 46 años.
Heridas profundas
Muchas de esas hijas que sienten que no recibieron amor en la infancia viven en silencio su sufrimiento en la edad adulta. Desatención, abandono, madres narcisistas, deprimidas o coléricas… Son varias las dinámicas y realidades capaces de dejar heridas profundas. Y en ocasiones, suelen tener un impacto posterior en las relaciones con los familiares cercanos o los amigos, en el ámbito de la pareja, o a la hora de acercarse a los propios hijos.
Normalmente creamos nuestros relatos vitales basándonos en nuestras experiencias previas o modelado por imitación.
Cuando los modelos de los que nos nutrimos parten de una infancia de frialdad emocional y falta de cariño es común que adoptemos patrones de comportamiento distorsionados y hasta equivocados.
Si viviste el desprecio, el chantaje e incluso la manipulación emocional, ¿cómo crees que vas a relacionarte de adulta? No es fácil abrir los ojos a esta realidad, lo sé.
El desamor materno
La inseguridad, la contradicción constante que a veces recibiste, la indiferencia y en algunas ocasiones la crítica y el desprecio pueden hacer que ahora te cueste relacionarte con otras personas, ya sean familiares, amigos, compañeros, amantes o hijos.
No logro recordar situaciones alegres y divertidas de mi infancia. De hecho no tengo muchos recuerdos de cuando era pequeña. Mi madre siempre estaba enfadada o deprimida en la cama. Nunca hubo risas en mi casa.
Rosa, 68 años.
Este sentimiento de desamor y abandono se convierte en un patrón, en una forma de estar y sentir la vida. Y a veces, este sentir va pasando generación tras generación inconscientemente.
Cómo te afecta
Si estás leyendo esto y crees que tú también formas parte del «club de las hijas carentes del amor de madre» puede ser que te sientas insegura y sufras ansiedad en las relaciones afectivas. Puede ser que tengas miedo al abandono, al engaño y a la traición.
O tal vez seas de las que no quiere tener relaciones estables. Las evitas porque prefieres mantener tu independencia, tener el control sobre tu vida y así, evitar sufrir.
Incluso puede ser que quieras disfrutar de una relación sólida, pero temes experimentar el mismo dolor que en la niñez y no dudas en desaparecer o cortar la relación de un día para otro.
¿Y ahora qué?
Las Constelaciones familiares es una herramienta fantástica para dar sentido, comprender y reelaborar la historia que te cuentas sobre la relación con tu madre y vuestro vínculo.
Regresa a la primera situación en la que te sentiste el abandono, el desprecio o el desamor. Conviértete en la niña pequeña y conecta con tus sentimientos de ira, miedo o tristeza. Vuelve la mirada hacía tu madre y recupera internamente el movimiento que te impidió decir todo lo que necesitabas a tu madre. Recupera el movimiento que te impidió ir hacía ella. Vuelve hacía tu mamá.
Y ahora piensa, ¿qué relato te cuentas de tu infancia? ¿Qué historia narras sobre la relación que tenías con tu madre? ¿Qué sabes realmente de la infancia y la vida de ella?