Tu espacio personal más importante seguramente sea tu relación de pareja. Es la familia que eliges como adulto, el espacio emocional donde quieres sentirte en casa, el lugar al que vuelves a recuperarte de tu desgaste diario y que nadie quiere destrozar. ¿Qué puedes hacer cuando la pareja es una batalla en lugar de un hogar?
Si las frases cortas y con contenido te ayudan a vivir mejor, no te pierdas las cuatro frases que te traigo a continuación para destrozar tu relación de pareja. Mira a ver si te tocan la fibra.
Tiene que haber alguien especial para mí
Después de años tratando con adultos de todo tipo, no he conocido a nadie que no tenga la esperanza secreta de encontrar algún día a esa persona. Esa persona con la que todo será fácil, con la que la pasión se mantendrá sin esfuerzo, con la que habrá esa fusión y comunicación plena, esa sintonía completa.
Ese pensamiento secreto hace que la vida en pareja se convierta en una investigación para averiguar si tu pareja actual es esa persona especial. Lo he visto en las personas más racionales, las más descreídas, las que creían estar por encima de las convenciones sociales sobre la pareja… al final, cuando tienen un problema en un escondrijo de su mente se repite la frase:
Será que no es para mí
Esta creencia en la predestinación del amor entre dos personas se acaba convirtiendo en una etiqueta hacia el otro…
Si no estoy bien con esta persona es porque esta persona no es para mí
El problema deja de ser que no nos comunicamos bien, que cada uno quiere imponer su forma de vida, que no hay reciprocidad, que es una relación de dos personas egocéntricas… no. El problema es que «no es para mí».
Permíteme que te diga que eso es una huida hacia adelante. Es más fácil pensar que es un problema de «compatibilidad» que de «aprendizaje». En la compatibilidad nadie es responsable, nadie necesita salir de su zona de confort, nadie tiene que madurar… el problema de pareja se convierte en una cuestión genética o mágica.
Cuando esté con la persona adecuada lo sabremos ambos. Cuando conoces a esa persona especial todo es mágico
Es una forma de verlo… y de caer una y otra vez en la misma piedra.
Es lógico esperar que mi pareja me haga feliz
Seguro que lo has escuchado en mil sitios…
Quiero alguien que me haga feliz
¿Qué piensas de esa frase?
Da igual que estés de acuerdo o no con esa frase. Tú ya sabes que la felicidad no es algo que te pueda dar otra persona. Sin embargo aunque no piensas de esa manera, vives así.
Cuando tienes cansancio esperas que tu pareja te ayude. Cuando quieres diversión esperas que tu pareja la comparta contigo. Cuando te sientes solo/a esperas que tu pareja te preste atención.
Esa espera se convierte en exigencia y frustración cuando no tienes la ayuda, la diversión o la atención que esperas. Esa espera se convierte en una pequeña -o gran- rabieta cuando las cosas no son como tu esperabas que fueran. La exigencia lo arrasa todo y tiene el enorme poder de destrozar tu relación de pareja.
Mi relación podría mejorar si mi pareja se esforzase un poco, si actuase diferente o fuera diferente.
Entonces ¿está ahí para hacerte feliz o no? Si te enfadas cuando no actúa como tú quieres… ¿no crees que algo raro está pasando?
Si hay feeling sexual es que debemos estar juntos
Conozco muchas parejas que utilizan su feeling sexual como uno de los principales indicadores para saber si están con la persona correcta. Esto al inicio de la vida sexual de las pareja (y por supuesto al final) se puede llegar a convertir en una tortura. Nuevamente es una presión que provoca más insatisfacción sexual.
Si el sexo no es espectacular es que no somos el uno para el otro. Es mejor buscar a alguien más compatible.
Llegados a este punto, ya hemos clasificado, etiquetado a la otra persona, sin darnos ocasión de conocernos y enseñar nuestra forma de disfrutar.
Si somos compatibles, funcionaremos en la cama.
O aún peor…
Si funcionamos en la cama, es que somos compatibles
Del sexo no es necesario hablar, solo hay que dejarse llevar
La escasísima comunicación sexual que suele haber en las parejas es uno de los problemas más serios.
¿Qué pasó con la comunicación sobre el sexo dentro de la pareja, de lo que nos gusta a cada uno, de cómo nos gusta, de la velocidad, de dónde y cuándo?
Hombre, eso es algo embarazoso. Si somos compatibles, funcionará bien, sin necesidad de ponernos de acuerdo.
¡Bonita excusa para evitar un tema tabú!
El sexo es algo que no se piensa, se hace y punto. Si no sale bien, es que la persona no es la adecuada.
Muy al contrario: la sexualidad es algo que se aprende. Además, todas las parejas tienen diferencias en los gustos sexuales, y todas tienen cosas que les gusta a los dos. Tener gustos diferentes en algunas cosas no significa que sean incompatibles. Cuando dos personas han aprendido a lo largo de su vida sexual de una forma parecida, resultan ser compatibles… ¡magia! ¿magia? no, aprendizaje.
Hay parejas que rompen porque no llegan a hablar a fondo de sexo, aunque lo practiquen. Y parejas que no rompen porque sexualmente están enganchadas por su alta compatibilidad sexual aunque su relación sea una basura.
¿Esto se puede aprender? ¡Por supuesto! Pero hay que querer conocerse y aprender con el otro de la mano. Sin creencias mágicas sobre la compatibilidad que van a destrozar la relación de pareja. ¿Os merece la pena lo suficiente vuestra pareja como para apostar por ella? ¿Os apuntáis?